Isabel Boschi,
una eminencia argentina sobre sexualidad, estuvo en Jesús María para capacitar
a docentes y dialogar con padres. La tiene clara. Del enorme currículum con que
cuenta esta psicóloga, las palabras que mejor la definen son estas: La
tiene clara. Porque hay que saber hablar sobre sexualidad sin sonrojarse,
dejando que el tema fluya naturalmente, como si se tratara de otro tema cualquiera
más.
Es
autora de seminarios, ha escritos infinidad de artículos, y ha trabajado la
temática en los lugares más insospechados a nivel nacional e internacional. Y
Jesús María tuvo el privilegio de disponer de su sabiduría durante algunas
horas, en actividades para docentes y para padres. También se hizo un tiempo
generoso para dialogar con los medios de comunicación locales, entre los que
estuvo Primer Día.
¿Por qué cree
que cuesta tanto que se brinde educación sexual en las escuelas, pese a que es
una Ley obligatoria desde hace mucho?
- Hablar sobre sexualidad no es fácil para nadie. Nos ha llevado a la gente que trabajamos sobre educación sexual muchísimos años formarnos, cambiar nuestras actitudes, darnos cuenta que la educación sexual es importante para la felicidad. Por suerte, tenemos una Ley que hace obligatoria la educación sexual desde el nivel inicial hasta el nivel terciario, pero no se lleva a cabo en todos los planos, ni con la misma seriedad ni exactitud. Sencillamente, se dan conceptos mínimos al estilo de cuando yo era jovencita y estudiaba en el Colegio Normal en los que aparece la anatomía y en todo caso la fisiología del aparato reproductor, pero la sexualidad es más que eso y eso es lo que nos cuesta a todos hasta que lo aprendimos a hablar, lo que tiene que ver con el placer, con la sensaciones, actitudes, con aspectos agradables, aspectos desagradables de la sexualidad. En el mientras tanto, ¿qué podemos ir haciendo los padres? - De lo que se trata es de ir ayudándonos entre todos. La escuela tiene que estar con la familia y la familia tiene que estar con la escuela para vencer los tabúes porque es una materia (la educación sexual) que no la recibimos de nuestros padres, ni que hablar de nuestros abuelos, y éste es un camino no solamente nuevo en Argentina. En Estados Unidos no hay educación sexual, no es por compararnos con nadie, sino que sencillamente muchos padres se oponen porque tienen un concepto equivocado: que tener educación sexual es lo mismo que inducir a los chicos a tener relaciones sexuales. En universidades de Estados Unidos se ha visto que los chicos que tienen educación sexual se inician más tardíamente.
¿Es importante iniciarse tardíamente?
Cada cual tiene su tiempo, pero es importante que cuando se inicien sexualmente sepan lo que hacen, que sea una elección y no una imposición de la pareja, que sepan cómo cuidarse, a quién se entregan, y que no vivan situaciones de violencia. Todo eso se va consiguiendo conversando con los padres y esa conversación tiene que ser respetuosa, sin agresiones, y con afecto. También es importante que estén los docentes porque todos somos seres sexuales y llevamos eso hasta el final. La sexualidad es una fuerza vital para mujeres y varones que nos da entusiasmo, que nos hace sentir felices, que no sólo es para la reproducción, sino para el placer, la comunicación, y la recreación. Para que cada uno de nosotros sepa que estamos hablando de nuestra sexualidad incluso cuando hablamos sobre la sexualidad de los niños.
¿Cuál es la
consecuencia negativa de que se demore la llegada de la educación sexual a las
aulas?
- Las
consecuencias son enormes. Una de ellas es el embarazo de las adolescentes
cuando tienen 11, 12, o 13 años, sobre todo en el conurbano bonaerense. Otro
tema es el abuso sexual infantil porque los chicos que no sabe cómo funciona su
sexualidad, no saben hablar de las sensaciones que tienen cuando alguien los
toca indebidamente, no saben pedir socorro, no saben qué pueden esperar de un
adulto y que es lo que no tienen que aceptar de un adulto. Todo esto hay que
hablarlo en familia, aun cuando se trate de una familia incestuosa. También
está el tema de las enfermedades sexualmente trasmisibles como la gonorrea, la
sífilis, el VIH Sida. Todo ese tipo de informaciones tienen que estar. Y,
además, el maltratar a la otra persona en circunstancias del amor sin llegar a
la violación ni a la violencia física. El utilizar a las personas como si
fueran cosas sin poner ternura, sin poner amor, no sentir que es un privilegio
tener una relación sexual y encontrarse con alquien que uno quiere y le gusta.
Eso también es negativo para la sexualidad humana, habla mal de la sexualidad
que es una cosa bella aunque tenga aspectos feos.
¿Se puede dar algún consejo a los padres?
-
Primero deberían informarse sobre cuáles son los términos científicos del
cuerpo, de los órganos genitales, y aportar también el término vulgar o
familiar. Concurrir a las charlas que brinda la escuela sobre el tema. La
educación sexual se inicia en la casa con la actitud amorosa de los padres
porque los chicos necesitan nutrición emocional.
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